tag:blogger.com,1999:blog-88672934271761570982024-03-07T23:24:24.819-08:00El cubil del Cuervo BlancoCuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.comBlogger11125tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-56494320143652523592012-11-24T04:34:00.001-08:002012-11-24T04:36:21.130-08:00Cuchillos y palomitas II.- "THE HUMAN CENTIPEDE 2: FULL SEQUENCE" de Tom Six<style type="text/css">
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<br />
<div align="CENTER" class="western" style="margin-bottom: 0cm;">
<u></u></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<span style="font-family: Georgia, serif;">Repugnancia, censura y terror extremo.
¿Es el buen gusto algo a respetar a cualquier precio? ¿Hay, acaso,
unos ciertos acuerdos tácitos respecto a lo que se puede filmar y lo
que no? ¿La nausea nace... o la hacen este tipo de espectáculos
dantescos? Con los límites de espacio y complejidad conceptual que
nos impone la agradable lectura de una humilde crítica, trataremos
de poner en jaque la opinión generalizada respecto a lo que, hartos
ya de menosprecios y prejuicios, muchos fans hemos venido a llamar
terror extremo en sustitución del maldito cliché del gore<span style="font-style: normal;">
y, para ello, abordaremos un análisis a vuelapluma de la segunda
parte de la controvertidísima trilogía del ciempiés humano.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br />
<span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-style: normal;"> </span><i>The
human centipede 2: Full sequence</i><span style="font-style: normal;">
es una película perteneciente al género de la </span><i>torture
porn</i><span style="font-style: normal;">, algo que, de tan marginal,
resulta una categoría algo pretenciosa (sobre todo porque, más que
</span><i>porn -</i><span style="font-style: normal;">no se ven más
que unas cuantas tetas y culos y los actos sexuales no son en
absoluto explícitos-, aquí encontramos mucha </span><i>torture</i><span style="font-style: normal;">
de la dura). Co-producción británico-holandesa estrenada en el año
2011, nos ofrece una segunda y sugerente vuelta de tuerca sobre la
desquiciada idea de la primera parte: el intento demente de unir a
una serie de personas a través de sus aparatos digestivos (¡ñam,
ñam!)</span> y mutilar sus rótulas para que sólo puedan moverse
arrastrándose, como un pesadillesco animal gigante. Del director Tom
Six podremos decir muchas cosas (“WTF!”, la primera), pero que no
tiene visión comercial desde luego no será una de ellas, pues el
rechazo y consiguiente censura total en U.K. (en la línea de <i>La
naranja mecánica </i><span style="font-style: normal;">en su día</span><i>,</i><span style="font-style: normal;">
por cierto) y los cortes que para su estreno recibió en los U.S.A.
le han dado una publicidad impagable y puesto en boca de todos los
frikis bizarros. ¿Recordáis la polémica de </span><i>A serbian
film</i><span style="font-style: normal;">? Pues lo mismo, pero más
underground; y es que ya la sola sinopsis revuelve el estómago del
más aguerrido...</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br />
<span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-style: normal;"> Martin,
un deficiente mental y degeneradísimo </span><i>freak</i><span style="font-style: normal;">
que vive con su castradora madre y da cosica sólo con verle (uno de
los mayores aciertos de la película, aunque lo cierto es que también
el </span><i>mad doctor</i><span style="font-style: normal;"> de la
primera se las traía...), está obsesionado de forma insana con </span><i>The
human centipede: first sequence</i><span style="font-style: normal;">.
Los primeros minutos nos muestran, así a bocajarro, cómo su trabajo
de vigilante en un aparcamiento le permite secuestrar, previo
golpetazo de desencofrador, a una docena exacta de pobres e incautos
jóvenes que pretende fundir en un nuevo ser para hacer realidad la
morbosa fantasía sacada de su obra fetiche. Sin más giros y con
apenas un par de tramitas secundarias (la madre cumpliendo el
omnipresente cliché del terror de “zorra loca”, los recuerdos de
Martin de los abusos sexuales a los que le sometía su padre de niño
-con voz en off del propio Tom Six-, un vecino macarra que acabará
formando parte del monstruo...), el grueso de la película nos
muestra, de forma absolutamente explícica, cómo el amigo Martin
pilla grapadora, cuchillos, serrucho y martillo oxidados y se marca
un Bricomanía orgánico que hace honor a la publicitaria sentencia
de estar ante “la película más enfermiza de la historia”. El
decepcionante final, que rompe la precaria coherencia de esta hora y
pico de desasosegante pesadilla, deja lista la llegada de la tercera
parte... y hasta aquí puedo leer.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br />
<span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-style: normal;">¿Qué
interés puede tener perder hora y media de nuestra vida ante este
repugnante espectáculo? Esta no es, sin duda, una película hecha
para el espectador medio. </span><i>The human centipede 2: Full
sequence</i><span style="font-style: normal;"> cumple con una de las
funciones fundamentales del arte: forzar los límites de su campo
hasta lo intolerable y, así, mostrarnos que, por mucha libertad de
expresión que creamos haber alcanzado, la censura siempre anda al
acecho. Pero, más allá del valor intrínseco de la ruptura de las
convenciones burguesas respecto a lo admisible y el buen gusto,
estamos ante una película que cuenta con algunos aciertos
remarcables: la perturbadora actuación del protagonista Laurence R.
Harvey, la originalidad en un género (el terror) cuyos tópicos han
sido tan manoseados y standarizados por la industria que han perdido
su efectividad (¿en serio a alguien le importa lo más mínimo que
un zombie con machete empale a la lasciva parejita en la cabaña del
bosque?), el mostrarnos descarnadamente la fragilidad del cuerpo y la
indefensión ante un monstruo que no duda un segundo en cosificarnos
para su propio deleite, anulando nuestra humanidad más básica, el
reflejo del miedo paranoide ante la potencial brutalidad asesina de
nuestro desconocido vecino.... </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br />
<span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-style: normal;"> Sin
embargo, tampoco vamos a ser tan necios como para negar que estamos
ante un producto de ínfima calidad. La historia no tiene ningún
giro y se desarrolla de una forma tan lineal y previsible que puede
resultar aburrida. Los escasos diálogos son tan tópicos que rozan
lo caricaturesco, así como los inexistentes matices e, incluso,
rasgos de personalidad de todos los personajes (¿alguien recuerda el
nombre de algún personaje que no sea Martin? Penoso...). La ausencia
de banda sonora o música incidental es imperdonable. Además, y
quizá sea esto lo más grave pues es un defecto común a toda la
saga, la motivación de los desquiciados protagonistas para crear un
ciempiés humano es clamorosamente insuficiente para justificar el
festín de atrocidades que observamos, lo que nos mueve a pensar que
estamos, básicamente, ante un producto filmado únicamente para
levantar polémica y dar que hablar: más original y rompedor que la
producción mainstream media, pero con una calidad insuficiente como
para causar una adhesión sincera entre los devotos del género.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-decoration: none;">
<br />
<span style="font-family: Georgia, serif;"><span style="font-style: normal;"> Por
todo esto, recomendamos </span><i>The human centipede 2: Full
sequence</i><span style="font-style: normal;"> a todo aquel fan de los
higadillos, la casquería en general y la insana fusión entre la
cirugía amateur y el uso creativo de artículos de ferretería... y
papelería. A años luz queda esta gamberrada de otras interesantes
obras del terror extremo como </span><i>A'lintérieur, Martyrs </i><span style="font-style: normal;">o
la mítica </span><i>La matanza de Texas</i><span style="font-style: normal;">:
el espíritu de transgredir y recrear atmósferas insanas hasta lo
inadmisible es el mismo, pero el resultado es tan caricaturesco que
queda muy por debajo de estas otras interesantes películas. Y, desde
luego, si te decides por verla, querido lector, hazlo con la
digestión hecha y sin intención de cenar después. No digas que no
te lo advertí...</span></span></div>
Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-81078746981659896272012-11-21T03:04:00.000-08:002012-11-21T14:09:32.925-08:00Cuchillos y palomitas I.- “71 FRAGMENTOS DE UNA CRONOLOGÍA DEL AZAR” DE Michael Haneke<style type="text/css">
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-->
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.25cm;">
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;"> </span>Desde <i>Un perro andaluz </i><span style="font-style: normal;">de
Dalí y Buñuel hasta </span><i>Anticristo </i><span style="font-style: normal;">de
Von Trier, el cine de autor abre un insondable abismo entre el
cineasta y el público, un vacío al que los espectadores deben dar
forma bidireccionalmente, reelaborando lo que les ofrece el director de forma aparentemente inconexa y construyendo el significado de la
obra. Esto mismo es lo que ocurre en </span><i>71 fragmentos de una
cronología del azar</i><span style="font-style: normal;">, pero nos
cabe la duda de si el austriaco Michael Haneke se habrá excedido en
su ambición. A fin de cuentas, y valorando la innovación y la
originalidad como características encomiables del séptimo arte, ¿no
puede llegar el autor, en su excesivo celo por apartarse de lo
</span><i>mainstream</i><span style="font-style: normal;">, a
traicionar las mismas bases del contrato cinematográfico y, así, a
su público?</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.25cm;">
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><i> 71 fragmentos de una cronología del
azar</i><span style="font-style: normal;"> (1994) es la tercera
película del director, escritor y dramaturgo Michael Haneke, y
supone el cierre de su llamado “ciclo de la violencia de la
sociedad moderna”. Aunque no sea una de sus películas más
conocidas, en ella encontramos ciertos rasgos narrativos y
estilísticos que caracterizarán la filmografía del austríaco:
plasmación descarnada de la violencia, reflejo de las angustias
existenciales del urbanita actual, desafección patológica entre los
personajes, aparente falta de ritmo y coherencia estructural.... Sin
embargo, en este caso Haneke llega mucho más lejos que en otras
obras inquietantes como </span><i>La pianista</i><span style="font-style: normal;">
o </span><i>Funny games</i><span style="font-style: normal;">, pues
prescinde por completo de cualquier atisbo de linealidad, coherencia
o sentido manifiestos.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.25cm;">
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-style: normal;"> En esta
película, y a través de 71 fragmentos cuya conexión no
entenderemos hasta los últimos cinco minutos de película, se nos
presentan pequeños retratos costumbristas de la cotidianidad de una
serie de personajes cuyos destinos están fatídicamente unidos: un
matrimonio que adopta a una niña apática y después a un inmigrante
rumano, un guarda de seguridad cuyo ambiente familiar ha sido
desquiciado por el sinsentido de la alienante cotidianidad, un
anciano solitario cuyas únicas compañías son la televisión y la
distante voz de su hija por teléfono y un joven acomodado dedicado a
las típicas actividades ociosas y diletantes de la vida
universitaria. Una de las características más llamativas (y, para
qué negarlo, desesperantes) de </span><i>71 fragmentos...</i><span style="font-style: normal;">
es la total ausencia de ritmo: En su interés por la desafección
emocional, el distanciamiento analítico y el estilo narrativo
naturalista (de inspiración intelectual positivista), Haneke
prescinde de los elementos estructurales de la narración
cinematográfica y apuesta (como hará también el director
estadounidense David Lynch, por cierto) por que sea el propio
espectador el que elabore en su cabeza alguna coherencia narrativa
que dé unidad a la película, ofreciéndonos fragmentos
descontextualizados hasta el extremo de las aburridas rutinas de los
personajes. Esto hace que el visionado de la película sea, como el
propio director se enorgullece en reconocer, exasperante, irritante y
aburrido. El final nos da cierta clave para poder hilar estos retazos
de historia, pero para cuando llega ese anhelado momento el
espectador se encuentra tan frustrado y harto que hay que hacer un
esfuerzo supremo de amor a la experimentación (y, quizá, de
snobismo) para justificar esta hora y media de tedio y abulia.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.25cm;">
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-style: normal;"> A su
favor podemos subrayar precisamente los rasgos que caracterizan al
cine de autor y que ya hemos ido apuntando en este escrito:
construcción compartida autor/público del sentido, evocación y
capacidad de reconocer ciertas situaciones antes que construcción
lineal y directa de la historia, intención de escandalizar y
provocar.... Haneke, sin duda, fuerza en esta obra todos los límites
de la narrativa (y la paciencia) y lleva al límite lo que entendemos
convencionalmente por narración, algo que resulta estimulante para
el espectador de forma meramente intelectual. También es admirable
cómo esta película es fiel hija de su tiempo, denunciando los crímenes de guerra en Kosovo (en clara apelación al
controvertido político Kurt Waldheim) y la violencia resultante
de la abulia alienante del estilo de vida burgués. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.25cm;">
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-style: normal;"> Por
otro lado, considero que esta obra es, en definitiva, un fracaso.
Aunque, y esto es una triste constante en la obra del austríaco,
transgrede </span><span style="font-style: normal;"><u>de manera
forzada</u></span><span style="font-style: normal;"><span style="text-decoration: none;">
la barrera del aburrimiento y la irritabilidad,</span></span><span style="font-style: normal;">
dicha apuesta no se ve (como sí ocurre en la MAGISTRAL obra del
nunca suficientemente idolatrado Ingmar Bergman) respaldada por una
hipótesis o idea con la suficiente fuerza, calado y profundidad que
justifique estos abismos, luego la forma no guarda ninguna proporción
con el contenido, cayendo en la pedantería. La experimentación
narrativa y el estilo personal son características más que
apreciables, pero en el caso de Haneke la futilidad y lo peregrino de
las ideas que evoca no llegan al nivel de exigencia intelectual que
anuncia su rompedor estilo, con lo que deja en el espectador una
sensación amarga de haber sido traicionado por las ínfulas de un
pedante antes que seducido por las sugerencias de un autor.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0cm; text-indent: 1.25cm;">
<br />
<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-style: normal;"> En
definitiva, </span><i>71 fragmentos de una cronología del azar</i><span style="font-style: normal;">
resulta interesante exclusivamente desde una perspectiva académica e
intelectual, pero al común de los mortales le resultará un coñazo
insufrible. Te encantará si estás con el gafapastismo subido y eres
un zombi devorador de </span><i>Cahiers du cinéma,</i><span style="font-style: normal;">
un completista de las filmografías de autores fetiche del
stablishment intelectual europeo o si quieres fardar de cultureta,
pero poco más. Si te interesan la violencia estructural del
capitalismo consumista, el aislamiento y la esquizofrenia congénitas
del ciudadano narcisista postmoderno y el sinsentido de la vida tienes obras (ensayos, principalmente) mucho más
sugerentes y, sobre todo, digeribles que te acerquen a la
inefabilidad de nuestro monstruoso mundo que esta hora y media de
pedantería y tedio.</span></span></div>
Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-23087156838118843742012-08-08T15:48:00.001-07:002012-08-08T15:56:59.319-07:00<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El resplandor de los rayos del sol sobre
los cristales del autobús me trae a la memoria el estanque de mi pueblo. En
verano, mi prima Shima y yo cazábamos renacuajos entre los helechos de la
orilla, en esos años previos a que todas las chicas se volviesen unas tontas y
unas blandas. Ella, más decidida que yo, me echaba en cara estar siempre en otra
parte, pero no se daba cuenta de que en realidad estaba más presente allí que
ninguna otra cosa, observando el movimiento de las ondas del agua a nuestro
alrededor, oyendo el zumbido de las libélulas que bailaban entre los juncos y
enamorándome de las perlas que lucía Shima cuando se carcajeaba de cualquier
tontería.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Jamás se lo diría a nadie, pues
cualquiera pensaría que estoy loco al acordarme de esos ensueños infantiles,
pero los círculos que se formaban alrededor de nuestras, en mi memoria, enormes
figuras me hicieron empezar a creer en La Divina Providencia. Todo estaba
demasiado bien orquestado, demasiado cargado de belleza y significado, como
para no ser designio de una inteligencia superior que lo guiase. No sabía, ni
sé aún, si se trata de un creador o de un demiurgo, si formó el mundo desde la
Nada o dio forma al cosmos a partir de un haz de cosas caóticas, pero de lo que
no me cabe la menor duda es de que el la realidad tiene un cierto orden eterno.
Las lluvias, las catástrofes, los movimientos de las hojas en un charco, los
picores que nos despiertan de noche, tienen una razón de ser, son parte de un
plan que no acierto a comprender. Pero no me rindo ni pienso dejar de
intentarlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Algo que siempre me ha inquietado es
saber dónde está el centro. Quizá en la misma Providencia, quizá en el planeta
Tierra, o en el ser humano. Si es verdad que la Providencia es como dicen los curas
occidentales no puede encontrarse en Él, pues resultaría un esfuerzo inútil
dotar de forma a lo que, de por sí, ya funciona sin ningún sistema que lo permita.
A fin de cuentas, esa es la función de todo orden: posibilitar que un conjunto
de elementos diferentes trabajen en armonía unos con otros. Por eso, quizá el
corazón del orden sea nuestro propio planeta Tierra, que funciona como un
enorme cuerpo viviente donde todas las partes son imprescindibles y se
necesitan entre sí. Sin embargo, nuestro mundo rebosa muerte y dolor, ambos
sentimientos que impiden el equilibrado desarrollo de cualquier vida, así que
tampoco puede ser la Tierra la casa del orden. ¿Seremos acaso nosotros? El
milagro de la existencia de nuestra especie parece parece dar cuenta de ello, y más con todo
lo que hemos…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">… ¡¡Eh, que me paso de parada!! Menos
mal que el conductor ha parado unos metros más delante de lo que le
correspondía, porque si no me quedo aquí como un tonto. La palanca me espera,
el rugir de las entrañas del mecanismo y la furiosa mirada de la bestia Hun.</span><span style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></div>Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-23372284011635145022012-07-25T16:04:00.002-07:002012-07-25T16:07:07.872-07:00<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Antón echó el cierre de “El vigía” a eso
de la una y media. El chirrido de la reja metálica le caló hasta las entrañas,
llamando a formar a la calma y el alivio diarios que suponían terminar otro día
más la jornada. Ching se había marchado hacía apenas diez minutos, el
pistoletazo de salida para recoger la calderilla y cerrar el chiringuito.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Tardó un par de segundos más de lo
habitual en incorporarse tras cerrar el candado, en un vano intento de
controlar los mareos que le atenazaban las últimas semanas. Quizá debería
acercarse a ver al doctor Urtiaga, pensó, pero Iñaki estaba muy ocupado con un
trabajo de la universidad y no podía tener el bar cerrado. Llevaba tiempo
pensando en buscarse a alguien para que le sustituyese en casos como ese, pero
no se fiaba de ningún sudaca que pudiese contratar. Esa gente tiene un montón
de hijos, abuelos y primos en sus países esperando con ansia todo dinero que
sus cabezas de lanza pudieran sacar del primer mundo, y quién le aseguraba a Antón
que no le irían robando poco a poco, céntimo a céntimo, todas las noches parte
del dinero que con tanto esfuerzo y sacrificio se ganaba. Y de los del pueblo
no podía fiarse, claro está, envidiosos y vagos que son y han sido siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Deseó, inútilmente, que Carmela siguiera
a su lado y estuviera dispuesta a compartir su carga. No habían pasado ni dos
semanas… bueno, daba igual, las cosas en casa seguían como siempre y eso era lo
único importante. Disciplina, Antón, disciplina y ánimo, hasta que la muerte te
lleve.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Miró alrededor para comprobar que no
tenía gorrones a la vista, sacó un Ducados del bolsillo de la camisa y el
encendedor le puso en paz de nuevo consigo mismo. Qué deleite supone siempre
ese cigarro, el que te da la bienvenida a la recobrada libertad de tu propia
vida. Dejó que el humo y el sabor inundasen su olfato, y el olor de mil
amaneceres, doscientos sinsabores y apenas un puñado de alegrías le recordó
quién era.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La calle estaba totalmente vacía a esa
hora, y la calma del valle sólo se veía interrumpida por el cíclico zumbido de
algún cuadro eléctrico cercano pero ilocalizable. Exhaló una profunda bocanada
de humo azul, que se fue fundiendo con la macilenta luz que proyectaba por
doquier la farola. Eso era, la farola, de ahí arriba parecía provenir ese
sonido tan molesto. Mañana le diría algo a Paco sobre el tema, a ver si podía
mandar a alguno de los moretes chapucillas que le sacaban el dinero haciendo
como que trabajaban. Con sus palabras indescifrables y su aparentemente
inseparable sonrisa, esos marroquíes siempre le habían caído simpáticos a
Antón, sobre todo cuando le contaban historias de Ceuta y los valientes
soldados españoles que protegían España de las hordas africanas. Casi parecía
que les admiraban ellos más que él…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Estaba a punto de caer una buena tromba
de agua, seguro. Igual no esa noche, ni el día siguiente, pero a no mucho
tardar tenía que llover, pues sus huesos le crujían de manera sintomática e
inconfundible. No se habían visto nubes grises ni había previsión de ello, el
viento no traía el característico y familiar olor condensado de humedad, pero
algo desde dentro le decía a Antón que el pueblo sería otra vez castigado por
las lágrimas de los angelitos, como llamaba su madre a las gotas de lluvia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Pues otro día más, otro día menos.
Esperaba que Carmela tuviera la cena en la mesa, esperaba ser recibido por el
apacible canturreo de algún tertuliano que le contase, desde el transistor, cómo
los socialistas estaban destruyendo el país y esperaba por encima de todas las
cosas el momento de volver a la cama, a su santuario. Mañana volvería al mundo,
al tintineo de las monedas de Ching, a las croquetas y a los taponcillos de
pacharán, pero el tiempo que le separaba de volver a los brazos de Carmela
sería dedicado, con espartano deleite, a su ritual diario de rutinas caseras,
las últimas barreras que le separaban del insondable abismo que siempre iba
consigo.</span><span style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></div>Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-72555264479117226812012-07-24T16:28:00.002-07:002012-07-24T16:38:11.083-07:00<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No sé si podré darle forma a mis
pensamientos. El abismo de la pantalla en blanco es, para mí, más doloroso que
vacuo, pues cada palabra supone una pequeña traición a mí mismo. La vida se me
presenta con tal variedad de matices, texturas y recovecos que casi siempre el
arrebato y el éxtasis se imponen al análisis y, por tanto, vivo antes que
escribo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Eso mismo, por cierto, siempre me ha
parecido bastante fariseo en el caso del Romanticismo. Como corriente opuesta a
la mesura y la muerte que se esconden detrás de la Razón, el Romanticismo
debería suponer un compromiso inalienable con la Vida y la Pasión pero, sin
embargo ¡casi todos los grandes románticos fueron escritores! Antes que
aventureros (por mucho que Byron lo pareciese, en realidad era un consentido
con aires de cruzado), hedonistas y hombres de acción, se escudaron tras
palabras hermosas, apuñalando inmisericordemente a la musa con sus lexemas y
conjugaciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Hoy, como siempre, la palabra es la gran
enemiga del ser humano. La espléndida torre de marfil con que sueñan los
escritores encadena sus voces, niega la historia afirmando la trama. Recordemos
el tiempo en que escribir era un sacrilegio, en que las tradiciones, sueños y
logros de los pueblos se extendían de boca en boca, no más allá ni más acá de
la voz del juglar. El virus del ser tiene en la palabra su más nítida y mortal
encarnación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Y, sin embargo, en noches como ésta, se
imponen el rigor y la forma. Usted, lector, confidente y sacrílego, exige la
redacción de unas líneas para juzgarme, la articulación de unas ideas para
poder evaluarme y etiquetarme con una nota, acaso un borrón de tinta sobre un
absurdo papel que me den el título por cuya consecución piqué el anzuelo de la
academia. Y aquí estoy, pegado a una pantalla de ordenador mientras las calles
arden de amor, caricias y delirios, postrándome de nuevo ante el dios del “logos”,
como tantas otras veces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Venciendo la sacrosanta inercia del
devenir, pulso el teclado como antaño se pintaba la piel. Porque quizá ese
esfuerzo por cristalizar el día a día en conceptos sea, también, vida, a fin de
cuentas. Hoy claudico ante la responsabilidad y la aritmética para ser ungido con
las esencias de la ciencia. Espero se tenga en cuenta el sacrificio que esto
supone para mí a la hora de ser juzgado con cierta indulgencia, pues el
fragmento y el fractal componen mi manera radical de ser y cada nueva pulsación
es como un nuevo paso que me acercase a La Parca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Me admira la disciplina de Ching. Todos,
todos los días sin faltar uno, entra en el bar con su característico bolsito
tintineante para dedicar el día a la tragaperras. A las once y pico creo que me
dijo mi padre que llegaba, sin retrasarse siquiera un segundo. Yo, que no soy
capaz de levantarme a la misma hora si no tengo examen, me admiro con el frío
rigor con que nuestro oriental cliente domina su tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">A veces imagino que es una cuestión
cultural. Supongo que es la más fácil y socorrida explicación, como cuando
achacamos un desaire femenino a la menstruación, así que quizá no sea más que
producto de mis fantasmas este prejuicio. Lo cierto es que desconozco casi por
completo la cultura china, pero a veces sueño despierto con chiquicientas
personas de ojos rasgados e inescrutable gesto haciendo todo al mismo tiempo.
Seguramente tiene especial peso en mi imaginación las imágenes de los cruces de
calles, plagados de semáforos, de Japón, pero debería ser consciente de que
Japón no es China, ni Laos, ni Camboya, ni Vietnam. Quizá sea así como nacen
los monstruos, con retales de imágenes y atajos mentales fundiéndose en las
profundidades de nuestros inconscientes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El profesor de Culturas Comparadas nos
evaluará con una investigación sobre alguna cultura lejana, así que he elegido
la china y creo que Ching puede ser un objeto de observación muy interesante.
De momento parece un ludópata más, sistemático y con un reloj implacable, pero
no muy distinto que el clásico borrachín que dilapida el sueldo frente a una de
las mil tragaperras que perlan las tascas patrias. No sé aún cómo voy a
articular el trabajo, y seguro que vuelvo a crecerme en la introducción
creyendo que eso me destacará sobre el resto de los que lea el profesor… o que
al menos le arrancaré una misericordiosa sonrisa cuando intuya lo puestísimos</span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-indent: 35.4pt;"> que pueden llegar a estar sus alumnos frente a un ordenador.</span></div>Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-5259133889171225242012-05-09T16:06:00.002-07:002012-05-09T16:13:39.654-07:00<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Ese monstruo tiene los ojos clavados en
mí. No me pierde de vista, vaya a donde vaya: si me acerco a la barra, me está
mirando, si me siento en una mesa a contar las monedas, lo mismo… Y si sigo
aquí, de pie frente a la máquina, su inquisidora mirada sin párpados me
taladra, me clava al suelo, me mantiene en el ritual.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Es un bicho tan enorme y parece tan real
que da la impresión de estar incrustado en la pared. Hay veces que, tras horas
y horas de darle a la palanca, creo oírle respirar disimuladamente. Yo le llamo
Hun; sé que no es un nombre muy español, pero igual no es más que un trozo de
plástico, tela y cuero hecho en alguna fábrica de Hebei. Un día de estos voy a
preguntarle al hijo del dueño si es real o no.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Hoy las mesas están descuidadas… bueno,
más que de costumbre, me refiero. En este local tampoco es que sean muy
limpios, y es verdad que entre la barra y la máquina de tabaco he visto
corretear pequeñas formas en las que no he querido fijarme demasiado, pero es
que hoy parece todo especialmente cargado. El olor de la freidora es
omnipresente, los cristales están dejando de ser siquiera traslúcidos y parece
que la barra sea un depósito de servilletas y palillos usados, pinchos a medio
engullir y churretones de… bueno, de algo misterioso. Y amarillento. Cielo
santo, qué asco. Volvamos a la máquina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Ahí están sus lucecillas rojas y su
sensual, a la par que estridente, melodía. “Tres, dos, uno… ¡siga!”. Cincuenta
céntimos siguen a la petición y ya estoy otra vez dentro. La luz, esta vez,
parece seguir un patrón descendente de derecha a izquierda, en diagonal. Así que…
¡ahora! ¡Bien, cinco euros! Y uno más por la ranura, que tengo que ver si la
Dama Fortuna está frotándome la espalda. ¡Y… sí! Premio de campanillas: cincuenta
euros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Miro a mi alrededor por si alguien ronda
para echar mano al montón de monedas que salen en estampida hacia la bandeja,
pero no: Es como si me hubiese vuelto invisible, cotidiano, un objeto más de
este bar, como Hun. Recojo mi premio y meto el dinero de la Fortuna en el
bolsito ordenadamente, pero no sin antes guardar un puñado en mi bolsillo
derecho para seguir un buen rato más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Patrón, patrón, patrón. Nada esta vez, a
ver si a la siguiente. Patrón, pa… ¡ahí estás! Forma omega discontinua. Pulso el
2 y… ¡el 5! ¡Ahí estás! Pero es poco, sólo un premio de Capones, no más de diez
euros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Bueno, voy a salir a fumar y ver si
estiro las piernas. Ahora mismo vuelvo.</span><span style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></div>Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-10568720841029886952012-05-06T16:13:00.004-07:002012-05-06T16:22:54.163-07:00 Pues sí, el chinito este se tira aquí las horas muertas. Y a mí me parece de puta madre, ¿eh?, y que se divierta y esté entretenido más, que si no vete tú a saber qué estaría haciendo por ahí. Estos que vienen de fuera ya se sabe,,,<br />
Pero también te digo que esto ya no es lo que era: antes charlabas con los parroquianos, los conocías, sabías el nombre de sus hijos, desde qué pueblos se habían venido a Madrid, todas sus guarradas… no sé, de todo. Y así se pasaba la vida de otra forma. Pero ahora cada vez tengo más clientes de fuera y entre panchitos, moros, chinos y rumanos, se nos está quedando esto que parece La Haya.<br />
Y a mí me parece de puta madre, eso por delante, pero ya no entiendo a mis clientes, y eso es un coñazo. No voy a ser yo el racista, pues todos son de lo más formales y educaditos; tanto, que a veces te cabreas ya de verles agachar tanto la cabeza. Todo son gracias, buenos días, si me hace usted el favor, amigo amigo… joder chica, si el otro día Winston, un peruano muy majo que curra de repartidor, llamó a mi hijo doctor,,, y sólo porque se enteró de que está en la universidad.<br />
De todas formas, creo que tú estabas aquí para hablar de Ching. Pero no creas que te he soltado el rollo, que yo siempre pienso muy mucho lo que digo antes de abrir la boca, ¿eh? Que no soy otro camareta brasas de esos, ¿eh? Esto era como la introducción, que así te ahorro trabajo luego cuando tengas que escribirlo. Bueno, al tema, aunque no sé si voy a serte mucho de ayuda en tu trabajo.<br />
Ching lleva viniendo al bar un par de años o así, pero desde hace dos semanas el cabrón no se despega de la tragaperras. Y yo me pregunto que de dónde sacan los chinos tanta pasta, porque les he visto yo con unos fajos que se te caerían los huevos. Bueno, o los ovarios a ti, supongo, que ahora hay que estar siempre al loro de no faltaros.<br />
A ver, el caso es que el chino se deja cada día aquí un dineral. Esto no lo escribas ni lo saques luego en tu artículo, pero de quinientos euros diarios no baja. Y yo no me quejo, eh, que luego de eso parte va a la saca, pero el cabrón ya podía pedirse algún cubata y no tanto puto zumito de manzana, que con eso no me voy yo a hacer rico.<br />
Pues eso, que el tío llega aquí a eso de las once,,, no, espera, entra por la puerta a las once y siete segundos exactos. Da un poco de cosa verle entrar todos los días la misma hora, pero supongo que no sólo los españoles vamos a estar sonados, ¿eh? Que mucho año nuevo del dragón, que si papito y mamita y que si Mahoma y su puta madre, pero noticias de extranjeros a los que se les va la puta cabeza no he visto yo en la tele. Pero claro, ahora es que todos somos diferentes y hay que respetar a todo el mundo,,, que manda huevos. Bueno, o ovarios, claro.<br />
Yo creo que el Ching debe tener algún tipo de cosa obsesiva en la cabeza, que la del cuarto A tiene un trastorno obsesivo de esos y no veas las cosas raras que hace, la tía. Y todas a la misma hora, pero justo a la misma. No creas que la jodía se retrasa ni medio segundo en tirar de la cadena, poner la lavadora o incluso tirarse un pedo en la cama, que ya se sabe que las paredes ahora son de papel de fumar y se oye la tele del vecino como si tuvieras al maricón del Sálvame a tu lado pegando berridos.<br />
Joder, ya me estoy enrollando,,, Pues eso, que Ching entra todas las mañanas con un bolsito lleno de monedas y se tira dándole a la palanca y a los botones todo el día. Y mientras la mujer en la tienda con los niños colgando todo el día. Pero claro, que igual es su cultura y en China los hombres están toda su vida gastándose el dinero en las maquinitas, pero para eso no te vengas a España, ¿no? Y que conste que yo no soy racista ni tengo nada contra nadie, que hijoputas hay en todas partes, pero no me jodas cómo están viniendo los chinitos, no me jodas, que se lo están quedando todo, los cabrones.<br />
Hay veces que me dan ganas de decirle algo, pero creo que no es plan tampoco, ¿no? O sea, que cada cual hace con su vida lo que quiere, pero,,, Además, está también el asunto de que tampoco es que dé pie a tener una conversación, el tío. No se despega de la maquinita ni para mear, el tío cabrón. Y echa una moneda, y otra, y otra,,,<br />
Una cosa que me tiene preocupado es que parece que el tío no mea. ¿Sabes si los chinos mean menos que la gente normal? Porque yo no me explico cómo el tío puede tirarse horas y horas ahí enchufado y no haber ido a mear ni una vez.<br />
Pues eso, llega, se pega a la máquina y se va cuando cierro. Y la verdad es que eso me jode, porque imagínate que tú te tiras aquí, como yo, desde las diez de la mañana hasta la una o así y tienes aquí a alguien que casi no consume, con el que no puedes hablar porque no se entera de una mierda de lo que le digas y que te hace cerrar media hora más tarde porque está aquí tirando el dinero de su familia con esto,,, Pues manda cojones.<br />
Pero chica, mientras se deje la pasta, a mí me la suda, ¿no? Quién soy yo para meterme en la vida de la gente. Cada cual hace con el dinero lo que quiere, y si no te metes en la vida de los demás te evitas muchos problemas,,,<br />
Creo que al final voy hasta a darle las gracias un día porque no me dé el coñazo con sus batallas. Quizá que no hablemos el mismo idioma vaya a ser una bendición, a fin de cuentas. Total, para lo que me va a descubrir de la vida un chino,,,<br />
Pues eso es todo lo que te puedo decir de él. Espero que puedas sacar algo para tu artículo, pero yo tengo que ponerme a ordenar un poco la trastienda, que tengo al chico de exámenes y estoy yo solo con el bar. Y ya sabes, si te pasas por aquí a las once y media pillarás al chino empezando la jornada de vicio.<br />
Con Dios.Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-71777361497421018722010-05-19T03:23:00.000-07:002010-05-19T03:38:22.578-07:00Introducción a la anti-magia: fragmento de un texto de Slavoj Zizek"Los sujetos son literalmente agujeros, huecos en el orden positivo del ser, sólo moran en los intersticios del ser, en esos lugares donde la labor de creación no ha concluido: la mera existencia de un sujeto prueba que Dios era un idiota que arruinó el trabajo de la Creación. Lejos de ser la cúspide de la Creación, el sujeto pone de manifiesto que en el orden de las cosas hay máculas de realidad inacabada: el correlato objetivo de un sujeto es una mancha -objeto proto- real espectral que aún no está totalmente actualizada como parte de la realidad positiva. El problema es que, cuando nos enfrentamos a un ser humano y observamos sólo su mitad visible, automáticamente lo des-subjetivamos llenando el vacío, proyectando en la oscuridad una riqueza de personalidad imaginaria: el otro des-subjetivado se convierte en una "persona" completa, el rostro se transforma en un fetiche levinasiano, el signo de la abismal profundidad de la vida interior de la persona, y las dos mitades (la cara exterior y la vida psíquica interior) se combinan en una totalidad cabal. Lo difícil no es percibir bajo el rostro la riqueza de la personalidad, sino evitar esa trampa, ABSTRAERSE del espejismo de esa riqueza y ejercitar la habilidad de aceptar la realidad desfetichizada del sujeto: observar la oquedad, la oscuridad, sin completarla con el contenido fantasmático de la "vida interior" que se supone que brilla tras ella. En otras palabras, lo difícil es enfrentarse a la realidad en su estatus preontológico, como algo no totalmente construido, ver la nada allí donde no hay nada que ver, sustraer de la realidad su engañosa riqueza".Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-1390173693460660982010-05-01T05:10:00.000-07:002010-05-01T05:20:35.747-07:00Una iluminación sobre mi estado emocional actualLlueve en Madrid la sombra del otoño.<br />Llueve y se enciende el pucho del recuerdo<br />que quema una ceniza de nostalgia<br />donde un fuelle garúa su lamento.<br /><br />Llueve sin fe la noche en la ventana<br />con un tango de adiós sobre los techos,<br />y el corazón se entrega mansamente<br />bajo la luz con humo del desvelo.<br /><br />Llueve en Madrid y llueven de mis años,<br />fantasmas del otoño que hacen viejo.<br />Yo sé que la tristeza inventa flores<br />y que todo ha cambiado sin remedio.<br />Nadie vuelve al rincón de su nostalgia:<br />También seré un fantasma si regreso.<br /><br />Llueve un país de hiriente lejanía.<br />Llueve y me empaña el sitio de los sueños<br />y se queja en el patio de mi infancia<br />un barco de papel que se va hundiendo.<br /><br />Llueve hacia el sur de toda la esperanza<br />donde prepara el frío los inviernos,<br />y se ha muerto el malvón de la alegría<br />mientras se pudre el agua en los espejos.<br /><br />Llueve en Madrid y llueven de mis años,<br />fantasmas del otoño que hacen viejo.<br />Yo sé que la tristeza inventa flores<br />y que todo ha cambiado sin remedio.<br />Nadie vuelve al rincón de su nostalgia:<br />También seré un fantasma si regreso.Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-42923541119859815802009-12-05T12:15:00.001-08:002009-12-05T12:21:03.109-08:00Daft Punk<embed id=VideoPlayback src=http://video.google.es/googleplayer.swf?docid=-1138681157301244564&hl=es&fs=true style=width:400px;height:326px allowFullScreen=true allowScriptAccess=always type=application/x-shockwave-flash> </embed><br /><br />Hay un cierto consenso (del que igual participas, mi bienamado lector) en que la música electrónica es una mierda para bakalas. El ancestral enfrentamiento entre la Hermandad de los Melenudos y la Orden de los Pelo-Ceniceros que coloreó nuestras infancias ha dejado su marca en el imaginario colectivo de los de mi quinta, que siempre hemos sentido más que suspicacia ante el techno, el trance, el house y toda esa familia de sonidos. Sin embargo, según uno va desarrollando el gusto y algo de criterio, abriendo su mente a lo inesperable, entiende que CASI todo estilo artístico tiene sus creadores brillantes y trillones de kilotones de mediocridad necesariamente olvidable.<br /><br />Tú has oído más de una canción de Daft Punk, seguro. Ya sea para desmelenarte en una atestada pista de baile o para echar pestes ante lo insoportablemente machacona de su base, seguro que si te digo “Around the world”, “One more time” o “Harder, faster, better, stronger” algo viene a tu cabeza. Este par de excéntricos, que lo mismo te hacen un discazo que te atrapa durante meses (“Alive 2007”) como te montan una peli “lyncheana” a más no poder (“Electroma”), llevan escondiéndonos sus rostros desde el principio. De unos años a esta parte, sólo aparecen públicamente como dos robots claramente diferenciados, uno de casco plateado y el otro amarillo “killbillero”. Y, más allá de lo que puedan emocionarme e inspirarme sus canciones (que no es poco), ahí radica el motivo de que les quiera dedicar un artículo en que el doy razones para que los tomemos como ARTISTAS, así en mayúsculas y con todas las letras.<br /><br />El enlace que tienes más arriba es el concierto íntegro que publicaron como “Alive 2007”, uno de los discos que siempre llevo en el I-pod . Más allá de la energía y fuerza que me transmiten sus temas, la primera característica que me cautivó de “Alive 2007” fue su totalidad orgánica como obra, algo que reclamó con furia Baudelaire de sus “Flores del mal” y que es un rasgo definitorio de uno de mis géneros musicales favoritos, el rock progresivo. Dale al “play” y escucharemos dos voces robóticas enfrentadas que empuñan con vehemencia sendas palabras: “Robot”y “Human”. La lucha termina con la victoria de “Robot” (que protagoniza la primera pieza del concierto, “Robot rock”), nuestra introducción a hora y media en tierra enemiga.<br /><br />Porque escuchar a Daft Punk, al menos para mí y para varios de los fans con los que he hablado de ellos, te hace sentir como un absoluto alienígena. Es música hecha por y para robots, que me produce el sobrecogedor sentimiento de extrañamiento que, a su vez, motiva la reflexión, la crítica y la actividad intelectual en general. Y esto no sólo a mí, sino a nuestra civilización en general: Aunque igual ya lo sabes, te recuerdo que uno de los motivos del desarrollo cultural occidental, del advenimiento de la Modernidad, fue el contacto con culturas ajenas, lo cual nos llevó a plantearnos con una nueva luz nuestras propias estructuras mentales y sociales.<br /><br />Para más INRI, la obra de Daft Punk cumple con una de las funciones que más importantes (si no la que más) juzgo de la actividad artística: Ser reflejo holístico de su tiempo, no sólo de fenómenos históricos sino también de las ideas del momento. Las controversias y conflictos que surgirán en los robots y los cyborgs han sido expuestos magistralmente en los últimos años (“Ghost in the shell”, “Blade runner”…), pero a nivel académico, la “teoría cyborg” es una de las más atractivas, punteras y revolucionarias que ha parido la postmodernidad. Según Donna Haraway (que es mi fuente y punto de referencia en esta teoría), nuestra condición de individuos postmodernos va más allá del Sujeto moderno (en la línea foucaultiana de deconstrucción del Yo) y sus categorías (sobre todo el binomio irreconciliable Naturaleza/Cultura); hoy día, hemos de aceptar (desde una postura extremadamente constructivista, que a mí personalmente me parece excesiva) que nuestra naturaleza biológica puede ser absolutamente modificada, y que los condicionantes a que nos somete son un recuerdo del pasado, poco más que paparruchas de yayos ideólogos del poder. El individuo es fruto de la enculturación, y las luchas políticas nos conciernen de manera estructural para la construcción de nuestra identidad: lo artificial juega un papel capital en lo más íntimo que poseemos, pues nos construye y configura. Así, el individuo postmoderno no es un Sujeto, sino un Cyborg, mitad mecanismo biológico y mitad estructura semiótica (esto es, conjunto organizado de signos y significados),,,<br /><br /> ,,, te doy un instante para digerir todo esto,,,<br /><br />Ya.<br /> <br />Gracias, Daft Punk, por recordarme que soy una máquina tanto como un animal. Gracias por sacarme más allá de mi individualidad narcisista y hacerme ver que puedo pensar, vivir E INCLUSO SENTIR de una manera programada y rentable. Gracias por llevarme hasta más allá de los límites del Yo, porque así sé que me habita un Otro irreductible. Gracias por hacer del Arte una senda de Gnosis, como por su propia definición le corresponde.<br /><br />,,, y gracias, sobre todo, por terminar con un epílogo que reza “Human after all”.<br /><br />Hasta el próximo desvelo, se despide de ti afectuosamente el Cuervo Blanco, velando por todos nuestros sueños,,,Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-8867293427176157098.post-41427034574223647862009-11-28T09:08:00.000-08:002009-11-28T09:57:22.468-08:00Arrancando motoresBienvenido cibernauta<br /><br />Acabas de acceder al cubil del Cuervo Blanco, humilde espacio virtual desde el que graznar al ciberespacio mis ideas, inquietudes y descubrimientos. Espero que tu visita te sirva para algo más que matar el tiempo,,,<br /><br />Este blog surge a raíz de la petición de uno de mis tres mejores amigos, el gran Thiago. En nuestras periódicas bacanales de filosofía política y pollo frito, que tenemos el placer de regalarnos todas las semanas, es habitual que Thiago me pida que haga algo más que escribir chorraditas en el Facebook y algún cuentecillo peregrino, y lo haga sistemáticamente en mi propio blog. No me he puesto manos a la obra hasta ahora por dos poderosas razones: la primera es que la bitácora virtual del Brazilian (<a href="http://www.ruinaimponente.blogspot.com/">www.ruinaimponente.blogspot.com</a>) es uno de los mejores lugares que podéis encontrar en el ciberespacio y, por tanto, mis rancios valores de romántico impenitente me alejaban de meterme en algo en que no fuera a ser el mejor; y, además, los agobios vitales del joven opositor, paupérrimo y soñador para más INRI, tienen mi cabeza siempre ocupada en decenas de proyectos de rentabilidad nula y efectividad anecdótica. Y sin embargo…<br /><br />… hace unas semanas fue 2el cumpleaños de mi amigo. Dado que he recuperado las ganas e intención de escribir, le ofrecí como regalo de cumpleaños un largo, sesudo y sistemático ensayo en que diese forma racional a mis conocimientos y pareceres sobre política, pero el jodió me echó un órdago a grandes y respondió que mucho mejor regalo sería comenzar un blog. Y, como nobleza obliga, aquí estamos.<br /><br />Felicidades, amigo mío, y muchas gracias: por compartir conmigo tu sobrecogedora sabiduría y tu sutil sensibilidad, por escuchar con paciencia y muy lúcidos consejos mis peroratas y tormentos y, además, por dar algo de calma y pragmatismo a este pobre pajarraco de tormenta que, atónito ante lo insondable, teje sus intentos de color bajo la tangueada sombra de Saturno.<br /><br />Ahora tendrás que hacer una elección: ¿seguimos con la Belleza o con la Verdad, es decir, prefieres que empiece esta aventura con Daft Punk o con los “maestros de la sospecha”? Aguardo impaciente tu respuesta.<br /><br />Hasta el próximo desvelo, se despide de ti afectuosamente el Cuervo Blanco, velando por todos nuestros sueños,,,Cuervo Blancohttp://www.blogger.com/profile/09021339127627008683noreply@blogger.com1