sábado, 5 de diciembre de 2009

Daft Punk



Hay un cierto consenso (del que igual participas, mi bienamado lector) en que la música electrónica es una mierda para bakalas. El ancestral enfrentamiento entre la Hermandad de los Melenudos y la Orden de los Pelo-Ceniceros que coloreó nuestras infancias ha dejado su marca en el imaginario colectivo de los de mi quinta, que siempre hemos sentido más que suspicacia ante el techno, el trance, el house y toda esa familia de sonidos. Sin embargo, según uno va desarrollando el gusto y algo de criterio, abriendo su mente a lo inesperable, entiende que CASI todo estilo artístico tiene sus creadores brillantes y trillones de kilotones de mediocridad necesariamente olvidable.

Tú has oído más de una canción de Daft Punk, seguro. Ya sea para desmelenarte en una atestada pista de baile o para echar pestes ante lo insoportablemente machacona de su base, seguro que si te digo “Around the world”, “One more time” o “Harder, faster, better, stronger” algo viene a tu cabeza. Este par de excéntricos, que lo mismo te hacen un discazo que te atrapa durante meses (“Alive 2007”) como te montan una peli “lyncheana” a más no poder (“Electroma”), llevan escondiéndonos sus rostros desde el principio. De unos años a esta parte, sólo aparecen públicamente como dos robots claramente diferenciados, uno de casco plateado y el otro amarillo “killbillero”. Y, más allá de lo que puedan emocionarme e inspirarme sus canciones (que no es poco), ahí radica el motivo de que les quiera dedicar un artículo en que el doy razones para que los tomemos como ARTISTAS, así en mayúsculas y con todas las letras.

El enlace que tienes más arriba es el concierto íntegro que publicaron como “Alive 2007”, uno de los discos que siempre llevo en el I-pod . Más allá de la energía y fuerza que me transmiten sus temas, la primera característica que me cautivó de “Alive 2007” fue su totalidad orgánica como obra, algo que reclamó con furia Baudelaire de sus “Flores del mal” y que es un rasgo definitorio de uno de mis géneros musicales favoritos, el rock progresivo. Dale al “play” y escucharemos dos voces robóticas enfrentadas que empuñan con vehemencia sendas palabras: “Robot”y “Human”. La lucha termina con la victoria de “Robot” (que protagoniza la primera pieza del concierto, “Robot rock”), nuestra introducción a hora y media en tierra enemiga.

Porque escuchar a Daft Punk, al menos para mí y para varios de los fans con los que he hablado de ellos, te hace sentir como un absoluto alienígena. Es música hecha por y para robots, que me produce el sobrecogedor sentimiento de extrañamiento que, a su vez, motiva la reflexión, la crítica y la actividad intelectual en general. Y esto no sólo a mí, sino a nuestra civilización en general: Aunque igual ya lo sabes, te recuerdo que uno de los motivos del desarrollo cultural occidental, del advenimiento de la Modernidad, fue el contacto con culturas ajenas, lo cual nos llevó a plantearnos con una nueva luz nuestras propias estructuras mentales y sociales.

Para más INRI, la obra de Daft Punk cumple con una de las funciones que más importantes (si no la que más) juzgo de la actividad artística: Ser reflejo holístico de su tiempo, no sólo de fenómenos históricos sino también de las ideas del momento. Las controversias y conflictos que surgirán en los robots y los cyborgs han sido expuestos magistralmente en los últimos años (“Ghost in the shell”, “Blade runner”…), pero a nivel académico, la “teoría cyborg” es una de las más atractivas, punteras y revolucionarias que ha parido la postmodernidad. Según Donna Haraway (que es mi fuente y punto de referencia en esta teoría), nuestra condición de individuos postmodernos va más allá del Sujeto moderno (en la línea foucaultiana de deconstrucción del Yo) y sus categorías (sobre todo el binomio irreconciliable Naturaleza/Cultura); hoy día, hemos de aceptar (desde una postura extremadamente constructivista, que a mí personalmente me parece excesiva) que nuestra naturaleza biológica puede ser absolutamente modificada, y que los condicionantes a que nos somete son un recuerdo del pasado, poco más que paparruchas de yayos ideólogos del poder. El individuo es fruto de la enculturación, y las luchas políticas nos conciernen de manera estructural para la construcción de nuestra identidad: lo artificial juega un papel capital en lo más íntimo que poseemos, pues nos construye y configura. Así, el individuo postmoderno no es un Sujeto, sino un Cyborg, mitad mecanismo biológico y mitad estructura semiótica (esto es, conjunto organizado de signos y significados),,,

,,, te doy un instante para digerir todo esto,,,

Ya.

Gracias, Daft Punk, por recordarme que soy una máquina tanto como un animal. Gracias por sacarme más allá de mi individualidad narcisista y hacerme ver que puedo pensar, vivir E INCLUSO SENTIR de una manera programada y rentable. Gracias por llevarme hasta más allá de los límites del Yo, porque así sé que me habita un Otro irreductible. Gracias por hacer del Arte una senda de Gnosis, como por su propia definición le corresponde.

,,, y gracias, sobre todo, por terminar con un epílogo que reza “Human after all”.

Hasta el próximo desvelo, se despide de ti afectuosamente el Cuervo Blanco, velando por todos nuestros sueños,,,

4 comentarios:

  1. Mi siempre estimado Cuervo Blanco:

    Los Daft Punk siempre tendrán para mí el añadido de que uno de ellos (son un dúo) tiene el mejor nombre ever: Guy Manuel D'Homem-Christo se muestra ante los ojos del extasiado lector como una explosión de francolusitanismo militante que no es un nombre, es una responsabilidad.

    No sé que te sorprende, amigo mío, si toda forma musical inventada por el hombre en el siglo XX, ha tendido invariablemente a evolucionar por tres caminos, separados y casi siempre hostiles entre sí: el de la ortodoxia, el de la vulgarización y el de la experimentación. Como rockero Y tanguero, puedes ver en tus formas musicales favoritas esa evolución. Y si lo aplicas a otras formas musicales igualmente verás un patrón similar.

    La música electrónica tiene una variación a ese ciclo: cuándo surgió, en los años 70, el simple coste del equipamiento (en tiempos aún muy lejanos al PC) ya le dio de por sí un componente intelectual y elitista. Había que ser un sesudo nerd para poder sacarle música a esos aparatejos - y el nombre técnico de "sesudo nerd músico" es "gafapasta".

    En consecuencia, y en mi poco, poquísimo informada opinión, la ortodoxia de la música electrónica, de Kraftwerk hasta hoy, es por sistema experimental. La vulgarización, esa sí, ha corrido por cuenta del sampler barato y de la ketamina, y cualquier persona sensata hará bien en mantenerse lejos.

    Respecto a la teoría cyborg, como criaturas contemporáneas que somos tendemos a infravalorar la tecnología pasada; la invención de elementos que permitan superar las debilidades físicas es una corriente tan antigua como el hombre. Ejemplo: llevo gafas.

    En fin, amigo, demos gracias a los que rizan el rizo de la música, haciéndola más y más inteligente; pues en ellos reside el germen de la revolución futura.

    ResponderEliminar
  2. Creo que una de las cosas que salva a este tipo de artistas electrónicos es su contenido, en concreto la funciíon utópica/distópica. Daft Punk, igual que Kraftwerk, Amon Tobin y algun producto patrio como Aviador Dro evocan un mundo en el que la tecnología coexiste con el ser humano, mejorándolo o empeorándolo, ayudándonos a tomar conciencia de su potencial como vehículo para lograr una sociedad mejor y advirtiéndonos de sus vicios. Esta función hace que no sea solo música, sino Arte, en mayúsculas, pues trasciende la mera intencionalidad de producir placer estético, entretener o en caso de la música electrónica, bailar sin pensar durante horas cumpliendo con los ritos de ocio establecidos en la sociedad postmoderna.

    ResponderEliminar
  3. Para las personas a las que siempre les ha gustado la música electrónica y NUNCA han pertenecido a la tribu de los bakalas, este artículo es...entrañable por lo ingenuo que suena. En los años 70 Kraftwerk, los padres del tecno (lo que por desgracia en los 90 evolucionó a la música de baile y es la ustedes atribuyen a los bakalas) ya hacían una música que experimentaba con todas las máquinas al alcance de la época y tienen un álbum imprescindible llamado "Mensch-Maschine" (Hombre-Maquina) que a nivel filosófico experimenta con todas esas cuestiones planteadas antes (muy interesantes, todo hay que decirlo).

    Incluso hay que mencionar que los futiristas italianos ya tuvieron en mente una cosa así y crearon unas máquinas con las que producir sonidos, pero éstas están muy limitadas a unos sonidos concretos.

    Luego a medadios de los 70 surgió también en Alemania una vertiente que se denomina música cósmica, que también hacía cosas relacionada con marcianos y demás, que sirvió para bandas sonoras de pelis de ciencia ficción.

    En fin, que resulta curioso, que de repente un disco como alive 2007 sucite esta reflexión, que precisamente de Daft Punk, están bien por su frescura y creatividad los dos primeros discos (sobre todo Homework) y el resto son un poco refrito de lo anterior.

    No obstante, si estás dispuesto a abrir la mente, recomiendo como lectura informativa dos libros: loop, 100 años de música electrónica y techno rebelde (es mejor este último).

    Además, hoy en día es difícil hablar de música electrónica propiamente dicho, ya que "lo electrónico" está practicamente en todas partes: mucho pop, pachangeo y rnb, hip hop, está producido prácticamente sólo con bases electrónicas (incluso el indie utiliza elementos electrónicos en varios casos). La música de baile electrónica (que es la vulgarmente conocida como tecno, house, dance, trance,...) abraca muchos géneros distintos y en muchos casos muy trillado todo ya.

    En fin, que me entristece en cierto modo que para algunas cosas la gente sea tan "avanzada" y luego le tengan tanto miedo a una música que desde sus comienzos a explorado miles de posibilidades de crear algo hasta más allá de lo que puede ofrecer un instuménto acústico. Y hay muchos artistas que han dedicado su vida a ello, para que luego la gente crea que la electrónica se reduce a la música de baile.

    eLo

    ResponderEliminar
  4. Bravo, que grande la entrada. Coincido en el concierto es grandioso. Yo por mi parte no paro de visionar o ponerme el Interstella

    ResponderEliminar